En el prólogo de la newsletter de hoy quiero hablarte de lo contrario al síndrome del impostor. Algo a lo que yo llamo el efecto escenario.
Si alguna vez has conocido a alguien a quien admirabas y luego ha resultado ser una persona absolutamente corriente, o te has topado con un actor famoso y era más bajo de lo que esperabas, es que tú también has sido víctima de este efecto.
Según el efecto escenario, atribuimos capacidades superiores a aquellas personas que son el centro de atención. Como si se subieran a un escenario mientras nosotros las miramos desde abajo.
No subestimes el poder de este efecto, porque da de comer a mucha gente que de otra forma lo pasaría mal.
Por ejemplo, expertos en reinvención profesional que cuando el negocio no va como ellos esperan, tiran la toalla.
Psicólogos especializados en rupturas de pareja que se ponen a llorar cuando recuerdan a su ex tras un par de copas.
Gurús de la afiliación que apenas ganan cien euros al mes con sus páginas web.
Expertos que enseñan SEO sin haber posicionado una página en su vida.
Emprendedores que explican cómo gestionar empresas sin haber trabajado todavía en ninguna.
Sí, todos son casos reales. Esta gente vive gracias a que Internet nos ha puesto un escenario al alcance de todos. Antes, para que la gente te conociera tenías que vender millones de libros, ganar premios o publicar descubrimientos. Hoy, a menudo solo basta con abrirse un blog o canal y ponerse a decir cosas.
Así que cuidado con quien admiramos. Quizás al bajarse del escenario no resulte tan gurú como esperábamos.
Un abrazo,
Pau
|