De vez en cuando alguien me pregunta por qué apenas publico en Twitter o Instagram.
Te voy a explicar por qué.
En mi opinión, el principal culpable de que la gente fracase en su intento de ganarse la vida por Internet es ese miedo conocido como FOMO o fear of missing out —el temor a dejar escapar oportunidades que otros están aprovechando.
Seguro que te suena.
Es fácil encontrar ayuda en libros, guías o cursos para superar otros miedos (pongamos hablar en público o volar), pero este es tan reciente que casi nadie tiene ni idea de cómo afrontarlo.
Y es tan nuevo porque prácticamente nació con las redes sociales.
Mis abuelos vivieron toda su vida en un gélido pueblo de apenas 100 habitantes cerca de Teruel, no tenían televisión y como mucho podían comparar sus gallinas o el tamaño de su huerto con el de su vecino Joaquín.
Ahora tú te comparas con un bloguero, YouTuber o criptomillonario de la otra punta del continente. Tu número de potenciales referentes ha pasado de cien personas a miles de millones.
Añádele a esto el maldito sesgo del superviviente —la gente comparte los éxitos, no los fracasos— y entenderás por qué creo que las redes sociales me terminarían haciendo más daño que bien.
Así que no es que no publique en ellas, es que apenas las miro.
Si tú no quieres renunciar al adictivo feed de Instagram o los memes de Twitter, debes saber que este temor a no haber elegido el camino correcto es inmune a lo que hayas conseguido.
Siempre estará ahí porque siempre habrá alguien por encima de ti. Por eso estoy convencido de que Cristiano Ronaldo, a pesar de haber conseguido 5 balones de oro, se siente un infeliz cuando se compara con Messi.
Vaticino que en unos años los psicólogos ya tendrán protocolos para tratar este miedo como si fuera un trastorno social más, y parte de la terapia consistirá en aislarnos de las redes sociales. Mientras tanto, te recomiendo que te concentres en un único proyecto, el que sea, y te olvides de cualquier otra “oportunidad” durante 5 años.
Solo con esto ya estarás por delante del 99% de la población, aquella que no empieza nada por miedo a que no estar eligiendo la mejor opción.
Céntrate.
Un abrazo,
Pau
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