Este nuevo año voy a hacer cosas.
¿Por qué? Pues porque es la única habilidad que tengo. Permíteme que te explique.
Resulta que, en general, me considero más tonto que los demás.
No poseo habilidades artísticas, no tengo ni idea de programación pese a llevar años dedicándome a los negocios digitales, no soy especialmente creativo y apenas tengo olfato para diferenciar entre una oportunidad de negocio y una fantasía destinada al fracaso.
Pero seguramente esa ha sido la clave de mi éxito, si es que se le puede llamar así.
Porque como estoy convencido de que soy más idiota que el resto, lo único que me queda para compensar mi incapacidad es trabajar más duro que ellos.
Aquellos que no tenemos ninguna habilidad especial solo tenemos un camino para escapar de una vida corriente. Y no es ni descubrir, ni inventar ni crear.
Es investigar, aprender y poner nuestros nuevos conocimientos al alcance de más personas.
Seguramente así nunca crearemos la próxima blockhain, ¿pero sabes qué? Compartir conocimientos sigue siendo uno de los negocios más rentables del mundo.
Quizás creas que has llegado tarde para invertir en criptomonedas, que hoy solo se forran los que saben diseñar NFTs o que sin conocimientos de programación nunca harás realidad ninguna idea de negocio.
Si piensas eso, en lugar de martirizarte elige el camino más seguro.
Comparte tus aprendizajes y ayuda a tu público en un blog, libro, canal, curso, podcast o web de afiliación. Te aseguro que ahí fuera hay mucha gente dispuesta a agradecértelo y recompensarte por ello.
No necesitas ser especial para hacer realidad tus sueños. Tan solo considerarte más palurdo que los demás.
Que tengas un gran 2022,
Pau
|