Hace un par de días encontré en redes sociales una reflexión sobre los bloqueos mentales que nos impiden pasar a la acción*.
Su autor explicaba que muchos empleados desmotivados querrían tener un proyecto profesional propio, pero el pensamiento de que no están preparados o que necesitan más garantías de éxito los absorbe en una espiral interminable.
Este es un tema que me fascina. Hubiera entendido estos miedos hace cincuenta años, cuando para abrir una zapatería tenías que hipotecar media casa, pero hoy en día, cuando lanzar un proyecto digital no requiere pagar un alquiler, comprar stock, contratar empleados ni dejar el trabajo, no me entra en la cabeza.
Leí una vez que nuestra mente prefiere la seguridad de lo conocido, aunque sea perjudicial para nosotros, frente a la duda de lo desconocido.
Ese es el motivo por el que a mucha gente le cuesta cambiar de trabajo. De forma inconsciente, preferimos seguir aguantando un jefe tirano —pero que ya conocemos— a la incertidumbre de imaginar cómo será el nuevo.
Si crees que tú puedes estar en esta situación, la buena noticia es que nunca es tarde para romper estos bloqueos. Hay quien, como yo, tarda 33 años. Otros lo hacen con 18 y también hay quien lo consigue con 70.
Que tengas un buen verano,
|